(Artículo publicado en el País Semanal por Juan José Millàs)
Está resultando un otoño desapacible para el PP, sobre todo con sus tensiones en Navarra. La mala racha comenzó cuando Mariano Rajoy dijo que el desfile militar era “un coñazo”.
Por Juan José Millás.
“He aquí un político en el acto de tragarse un sapo. Quizá tenga el batracio atravesado a la altura de la garganta, así lo sugieren su ceño fruncido y la expresión de su boca. ¿Por dónde respiro, Dios mío?, parece preguntarse mientras fabrica cantidades industriales de saliva para lubricar el gollete. No se pierdan la cara de la esposa, que, aunque intenta aparentar indiferencia, es consciente de las dificultades respiratorias de su cónyuge, y como es lógico, sufre también por ellas. Un pequeño drama biológico de los que suceden cada día en el microcosmos de la política y a los que no siempre podemos asistir, pues lo normal es que este tipo de digestiones se hagan en privado.
La foto esta tomada el día de la Patria, quizá el día de las Fuerzas Armadas, puede que el día de la Hispanidad, Tal vez el día de la Raza, no tenemos ni idea de cómo se llama ahora, pues el 12 de octubre cambia de identidad cada poco, como un día maldito. En cualquier caso, siempre se celebra con una parada militar, pues los desfiles sirven lo mismo para un roto que para un descosido. La víspera de la celebración, Rajoy había afirmado que el desfile era un “coñazo”, y aunque pocas veces había estado este hombre tan lúcido, mejor hubiera sido que se lo tragara la tierra, sobre todo porque sólo un año antes, y con motivo de la misma festividad, invitó a todos los españoles a llenar las calles –lloviera o nevara- para homenajear a la Patria o al Ejército o a la Raza o a la Hispanidad, ahora no caemos. De ahí la cara de circunstancias del pobre mientras los soldados, al pasar, le sacan la lengua. ( la fotografía es de Uly Martín)”.
Está resultando un otoño desapacible para el PP, sobre todo con sus tensiones en Navarra. La mala racha comenzó cuando Mariano Rajoy dijo que el desfile militar era “un coñazo”.
Por Juan José Millás.
“He aquí un político en el acto de tragarse un sapo. Quizá tenga el batracio atravesado a la altura de la garganta, así lo sugieren su ceño fruncido y la expresión de su boca. ¿Por dónde respiro, Dios mío?, parece preguntarse mientras fabrica cantidades industriales de saliva para lubricar el gollete. No se pierdan la cara de la esposa, que, aunque intenta aparentar indiferencia, es consciente de las dificultades respiratorias de su cónyuge, y como es lógico, sufre también por ellas. Un pequeño drama biológico de los que suceden cada día en el microcosmos de la política y a los que no siempre podemos asistir, pues lo normal es que este tipo de digestiones se hagan en privado.
La foto esta tomada el día de la Patria, quizá el día de las Fuerzas Armadas, puede que el día de la Hispanidad, Tal vez el día de la Raza, no tenemos ni idea de cómo se llama ahora, pues el 12 de octubre cambia de identidad cada poco, como un día maldito. En cualquier caso, siempre se celebra con una parada militar, pues los desfiles sirven lo mismo para un roto que para un descosido. La víspera de la celebración, Rajoy había afirmado que el desfile era un “coñazo”, y aunque pocas veces había estado este hombre tan lúcido, mejor hubiera sido que se lo tragara la tierra, sobre todo porque sólo un año antes, y con motivo de la misma festividad, invitó a todos los españoles a llenar las calles –lloviera o nevara- para homenajear a la Patria o al Ejército o a la Raza o a la Hispanidad, ahora no caemos. De ahí la cara de circunstancias del pobre mientras los soldados, al pasar, le sacan la lengua. ( la fotografía es de Uly Martín)”.
Nota: artículo de Juan José Millás, publicado el pasado domingo 23 de noviembre en EL PAÍS SEMANAL.
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