¿Qué te importa que te silbe todo el mundo si tú mismo te aplaudes? proclamaba Horacio en sus Sátiras. Probablemente estemos frente algún tipo de locura que induce a ciertas personas a no temer ni al ridículo ni al descrédito personal. El otro día, un amigo me corregía acertadamente y me apuntaba que este tipo de personas no deben ser definidas como inmorales sino que más bien son unos amorales.
Desde el lunes hemos asistido a un lamentable espectáculo en nuestra ciudad: Arturo Torro “aún” líder de la oposición de Gandia, denunciaba al Gobierno municipal por supuestas irregularidades en la contratación de dos obras con una empresa que se ha visto involucrada en un supuesto caso de corrupción política en Cataluña. Raudo y veloz, el ínclito aspirante denunciaba, en su tarde de gloria política y junto a sus jefes y socios, lo que era la “punta del iceberg” de la corrupción socialista.
Por unas horas, Gandia se iba a convertir, gracias a don Arturo, en sospechosa de tener escándalos de corrupción política y empresarial. Por unas horas, y desde la necesidad de desviar la atención del caso Gürtel, el PPCV buscaba en Gandia una salida de emergencia frente a la querella presentada por los parlamentarios socialistas de las cortes valencianas. Por unas horas, don Arturo se convertía en el tonto útil del PP aunque para ello tuviera que malgastar el nombre de nuestra ciudad.
El miércoles se reunió la Junta de Portavoces para aclarar, en presencia de los técnicos municipales, las dudas que había vertido Arturo Torró sobre estos procesos de contratación. Tras tres horas de debate se pudo revisar de nuevo todo el expediente. Y al finalizar, todos los portavoces coincidían, a puerta cerrada, que los procedimientos y por tanto la contratación de estas dos obras concesionales (la Piscina del Grau y la Residencia Universitaria) eran correctos, ajustados a la legalidad. Quiero recordar que todas las votaciones de estas dos contrataciones recibieron en su día el voto afirmativo del PP (en los pliegos, las mesas de contratación y en las adjudicaciones) .
En la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces todos reiteraban la transparencia, la claridad y legalidad de los procesos. Todos, menos uno: el ínclito portavoz popular seguía mintiendo. Ahora de cara a los medios de comunicación, Arturo Torró manifestaba que él nunca había cuestionado la legalidad del procedimiento, pero que seguían existiendo dudas. Arturo volvía a mentir ya que todas las cuestiones y dudas que planteó en la Junta de Portavoces le fueron contestadas por todos los técnicos allí presentes: nada quedó sin contestar y, a pesar de ello, seguía sembrando dudas y mentiras públicamente. Este es el motivo que provoca que el Alcalde, José Manuel Orengo, decidiera seguir despejando las dudas que don Arturo dice tener con la convocatoria de una Comisión Especial para estudiar estos dos contratos.
Desde el lunes hemos asistido a un lamentable espectáculo en nuestra ciudad: Arturo Torro “aún” líder de la oposición de Gandia, denunciaba al Gobierno municipal por supuestas irregularidades en la contratación de dos obras con una empresa que se ha visto involucrada en un supuesto caso de corrupción política en Cataluña. Raudo y veloz, el ínclito aspirante denunciaba, en su tarde de gloria política y junto a sus jefes y socios, lo que era la “punta del iceberg” de la corrupción socialista.
Por unas horas, Gandia se iba a convertir, gracias a don Arturo, en sospechosa de tener escándalos de corrupción política y empresarial. Por unas horas, y desde la necesidad de desviar la atención del caso Gürtel, el PPCV buscaba en Gandia una salida de emergencia frente a la querella presentada por los parlamentarios socialistas de las cortes valencianas. Por unas horas, don Arturo se convertía en el tonto útil del PP aunque para ello tuviera que malgastar el nombre de nuestra ciudad.
El miércoles se reunió la Junta de Portavoces para aclarar, en presencia de los técnicos municipales, las dudas que había vertido Arturo Torró sobre estos procesos de contratación. Tras tres horas de debate se pudo revisar de nuevo todo el expediente. Y al finalizar, todos los portavoces coincidían, a puerta cerrada, que los procedimientos y por tanto la contratación de estas dos obras concesionales (la Piscina del Grau y la Residencia Universitaria) eran correctos, ajustados a la legalidad. Quiero recordar que todas las votaciones de estas dos contrataciones recibieron en su día el voto afirmativo del PP (en los pliegos, las mesas de contratación y en las adjudicaciones) .
En la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces todos reiteraban la transparencia, la claridad y legalidad de los procesos. Todos, menos uno: el ínclito portavoz popular seguía mintiendo. Ahora de cara a los medios de comunicación, Arturo Torró manifestaba que él nunca había cuestionado la legalidad del procedimiento, pero que seguían existiendo dudas. Arturo volvía a mentir ya que todas las cuestiones y dudas que planteó en la Junta de Portavoces le fueron contestadas por todos los técnicos allí presentes: nada quedó sin contestar y, a pesar de ello, seguía sembrando dudas y mentiras públicamente. Este es el motivo que provoca que el Alcalde, José Manuel Orengo, decidiera seguir despejando las dudas que don Arturo dice tener con la convocatoria de una Comisión Especial para estudiar estos dos contratos.
Arturo no ha tenido ningún inconveniente en mentir y arrastrar el nombre de Gandia en un intento desesperado de desprestigiar al Gobierno municipal e intentar sacar algún rédito político. Arturo nos ha hecho perder una semana de trabajo por y para nuestros ciudadanos ya que algunos hemos tenido que parar nuestras tareas de gestión para dedicarnos a demostrar públicamente la falsedad de tan graves acusaciones. No obstante, él sigue como esos animales desesperados que embisten desde la necesidad y acaban inmersos en la torpeza. ¿Esto es de inmorales o de amorales?.