domingo, 28 de diciembre de 2008

Inaudito.


Si el viernes podíamos leer que Israel desbloqueaba las fronteras de Gaza para permitir la entrada de víveres, medicinas y otros aprovisionamientos. Un bloqueo fronterizo, de casi dos años, con el que el Gobierno Israelita pretende castigar al movimiento islamista de Hamàs. También podíamos leer que algunos analistas interpretaban la apertura del bloqueo como parte de los preparativos para el anunciado ataque sobre Gaza. Lamentablemente estaban en lo cierto, Israel preparaba una sangrienta respuesta a los ataques palestinos de las últimas semanas, donde más de 200 proyectiles han impactado en territorio israelita, sin causar muertos. De esta manera se rompe la débil tregua que Hamàs y el Estado Hebreo venían mantenido durante los seis últimos meses. Tampoco podemos olvidar que Israel se encuentra a puertas de unas elecciones generales, previstas para el mes de febrero.

Todo esto ha desembocado en un ataque indiscriminado e inaudito, de Israel contra diversas ciudades de la franja de Gaza, provocando, según los últimos informativos, más de 300 muertos. Las escenas que hemos podido ver en todas las televisiones son terribles. El dolor, la rabia, la impotencia de los ciudadanos palestinos es palpable mientras lloran a sus muertos. Nada puede justificar esta nueva matanza. Es muy triste ver, desde aquí, la inoperancia de las estructuras internacionales. Alguien debería forzar el cese inmediato de las hostilidades. Al igual que hoy las crisis económicas tienen una dimensión global, también los focos de violencia militar la tienen. Quiero decir que esto también nos afecta a todos aunque estemos a miles de kilómetros.

sábado, 27 de diciembre de 2008

No llegues tarde.


Acaba el año y, casi sin darnos cuenta, han transcurrido los días y las semanas de este 2008. Ahora, como el destello de un “flash”, sólo queda un punto de luz en nuestro cerebro. Las cosas, afortunadamente, van quedando atrás, amontonándose en los rincones de nuestras memorias y en nuestros corazones. La memoria es como una gran coctelera donde se mezclan los recuerdos dulces con los más amargos consiguiendo un magnífico equilibrio de sabores.

Ahora me parece que queda lejos, cuando estábamos preparando las listas para las elecciones generales o cuando estábamos preparando la Plaza de Toros para aquel imborrable mitin con Zapatero y con más de 20.000 socialistas. También parece que pasaron miles de semanas de aquellas primeras reuniones para preparar el XI Congreso de los socialistas valencianos y de su celebración en septiembre.

Tantas cosas en este 2008. Tantas cosas buenas en este 2008. Para mí, sin duda, éste será uno de los mejores años que he vivido. Parece que hayan transcurrido muchos meses y sólo han sido tres meses y medio desde que “Batxoqui y Mc-Oqui” llenaron nuestra casa y nuestros corazones, nuestras preocupaciones y nuestro tiempo. Acabaron con nuestros domingos de lectura y música. Con nuestra bendita costumbre de saber disfrutar los aromas del aburrimiento. Ellos, que aun no saben hablar, se han bastado para llenar de palabras nuestro tiempo libre y el no libre. No queremos ni pensar que pasará cuando hablen. Será, simplemente, magnífico.

No lleguemos tarde al 2009. Que nadie llegue tarde. Empezará en breve, tendrá cuestas muy empinadas, incluso, nos parecerá en algún momento que no vaya a acabar nunca. Pero cuando llegue su final y escribas un post tan ridículo como éste, seguro que si no has llegado tarde estarás tan contento como lo estoy ahora yo. Feliz 2009 y mucha suerte.

martes, 16 de diciembre de 2008

Merecemos una Comunidad mejor ( I ).


Zapatero ha reaccionado de manera valiente y acertada. Inyectar 8.000 millones de euros a los ayuntamientos españoles para frenar la crisis es una medida que significa tanto crear empleo para la ejecución de obras en 2009, como contribuir a la creación de futuros empleos en el marco local, siempre que estas obras supongan nuevas infraestructuras para servicios educativos, deportivos o sociales.

Todos vemos en esta crisis global que atravesamos, como se incrementan día a día, el número de expedientes de regulación de empleo, disparando los dramáticos índices de desempleo en nuestro país y por consiguiente en nuestras ciudades. Hoy, sin ir más lejos, he podido saber que SEAT presentará una segunda ERE temporal que afectará a un máximo de 5.300 trabajadores de Martorell. Este instrumento legal pero dramático para los trabajadores afectados, parece que vaya extendiéndose como una epidemia que acabará alcanzando a todos. No comparto la opinión del Presidente de la patronal española, Gerardo Díaz, cuando afirma que los ERES son el sistema “más saludable” en tiempos de crisis. Yo no dudo que sean una salida empresarial frente a una situación insostenible de caída de la demanda; pero éstas no dejan de significar una amenaza para el trabajador que observa inquieto e impotente como van sucediéndose expedientes a su alrededor, pensando cuándo le alcanzará a él tan saludable medida.

En este sentido, el pasado sábado, en el Consejo Económico y Social de los socialistas valencianos, iniciativa más que interesante que ha puesto en marcha Jorge Alarte, se apuntaba que la economía valenciana se encuentra anclada a un modelo productivo obsoleto y que los efectos de la crisis en nuestra economía productiva, empiezan a afectar seriamente, día a día, a un mayor número de familias valencianas. En 2008 ya son más de 10.398 los trabajadores valencianos afectados por “eres”, mientras que la tasa de paro en la Comunidad ya afecta a 332.987 trabajadores, 123.888 trabajadores más que en 2007. Y todo esto ocurre mientras el Gobierno de Camps mira hacia otro lado. Este drama no va con ellos. No se sienten obligados a tomar ninguna iniciativa, ellos sólo tienen que pensar como le echan la culpa de esta crisis a Zapatero.

En un artículo de opinión publicado por el responsable de I+D+i de UGT del PV, apuntaba que en nuestra comunidad la inversión en I+D en 2007 fue del 0´95% de nuestro PIB, lo que la situaba en la octava posición de las comunidades autónomas, por debajo, incluso, de la Rioja. Pero no contentos con este nivel de inversión, sobre todo en un momento donde se requiere mayor gasto para la dinamización de la economía y el empleo en la Comunidad, apuntaba que durante los años comprendidos entre el 2005 y 2007 se había producido un retroceso inversor del 0´04% del PIB. Increíble pero cierto.

Este es el panorama que tenemos los valencianos. Frente a la necesidad de avanzar hacia una economía basada en el conocimiento, más competitiva y dinámica, capaz de crecer de manera sostenible, con más y mejores empleos y con mayor cohesión social, tenemos el escenario deficitario que plantea el sistema de innovación valenciano y su reflejo presupuestario. Los valencianos merecemos un gobierno que establezca unas bases mejores para construir un futuro más sólido, solidario y sostenible. Un futuro más justo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Gandia sí que merece la pena, señor presidente


Uno a veces puede cometer un error en una declaración pública, incluso dos – en poco tiempo- . Pero la persistencia en el mismo, con unas dosis de insistencia intencionada y, sintiéndote, a sabiendas del error, satisfecho, no deja de tener ciertas connotaciones dolosas, o mejor dicho de estupidez. Yo definiría dicha actitud más que como un error, como una mentira.

Atravesamos en toda España, en Europa y en todo el mundo una crisis económica y financiera muy importante: empresas de todos los sectores productivos están profundamente preocupadas por las dimensiones de este nuevo modelo de crisis global; los trabajadores que empiezan ya a sufrir sus efectos con la pérdida de sus puestos de trabajo.

Ahora, sinceramente, es el momento de interiorizar el ya famoso lema “yes we can“, el momento en el que las administraciones públicas y las organizaciones sociales y económicas, a nivel global y local, debemos cerrar filas y remar en la misma dirección para abordar esta difícil situación imaginando y concretando medidas que contribuyan a frenar las consecuencias de esta crisis; estimulando la inversión pública y privada generadora de nuevos empleos; y creando, a pesar de las dificultades, espacios de confianza y de futuro.

Todo ello debería ser suficiente para poder afirmar que no se puede – ni se debe- decir que “Gandia y su comarca no son un buen lugar para invertir”. Pero no se puede por diversos motivos y, en primer lugar, porque es falso; si repasamos los índices de inversión empresarial que se han producido durante los últimos años en nuestra ciudad y la comarca en sus diversos sectores, observamos como el aumento de las empresas, y por consiguiente de la inversión económica, es suficientemente clarificador y significativo para negar la mayor. Y no me refiero sólo a la inversión en el sector de la construcción, sino también al crecimiento del comercio urbano o de la periferia, o a la fuerte demanda de suelo industrial que se ha producido en los distintos polígonos de la comarca, o incluso a la inversión en el sector turístico. Quiero recordar, como anécdota, que hace pocos meses muchos municipios apostaban por grandes inversiones urbanísticas ligadas a campos de golf en nuestra comarca.

En segundo lugar tampoco se puede decir por las connotaciones de manifiesta irresponsabilidad que encierra la afirmación realizada. En estos momentos, especialmente difíciles, una expresión desmotivadora como la formulada no sé qué beneficio puede aportar a Gandia o fuera de nuestra ciudad; no sé qué beneficio aporta a los empresarios o a los trabajadores, ya que lejos de generar confianza únicamente consigue trasladar una imagen negativa de nuestra ciudad y de la Safor, desincentiva la inversión y provoca una crispación innecesaria.

Y por último, no se debe hacer cuando, ocupando un cargo de responsabilidad y de representatividad, sabes que tus afirmaciones pueden tener una trascendencia superior – incluso a la de la propia persona que las formula-. Uno, a título personal, puede y debe pensar lo que quiera, puede incluso manifestarlo – ahora ya se puede-. Si eres el presidente de un club de fútbol y debes más que la Generalitat Valenciana, no le puedes decir a tu afición que durante esta temporada nadie espere ver buen fútbol, porque lo normal será que tu estadio vaya restando aficionados día a día, probablemente hasta descender de categoría en la más absoluta de la soledades. Si eres un alcalde de un pueblo o de una ciudad ningún vecino entendería que su máximo representante dijera que en su localidad no vale la pena vivir por los problemas habituales con los que se va a encontrar cualquier ciudadano. Así, tampoco nadie puede entender cómo el presidente de los empresarios puede afirmar que el territorio en el que vive y desarrolla su actividad profesional “no es un buen lugar para invertir”. Frente a tal despropósito yo tomaría decisiones valientes. Por un lado me borraría del club, dejaría de votar a ese alcalde y le pediría, con valentía, la dimisión a ese mal presidente de los empresarios.


Difícilmente, con afirmaciones como la realizada, el PP podrá recuperar o disimular el tiempo perdido en esta comarca. Cuando el autor de esta desacertada frase –que ahora dice que se ha sacado de contexto- critica por ejemplo que la ronda comarcal no esté construida o que el tren Gandia-Dénia no está, quizás alguien de manera intencionada olvida aquellos ocho años del Gobierno de España en manos del Partido Popular en los que su partido no inició el más mínimo de los trámites administrativos y presupuestarios de las infraestructuras que ahora con tanto ahínco reclama. Ellos son los únicos responsables de los retrasos, de más de ocho años, en las inversiones viarias y ferroviarias que hoy aún estamos sufriendo. No recuerdo haber oído, durante esos ocho años, ninguna frase similar y contextualizada por parte del mismo actor. Ahora, señor presidente, algunas de esas inversiones están ya en marcha y creo, sinceramente, que muy a su pesar. Y las que no están, mejor hable con sus amigos y colegas del PP valenciano para que las desbloqueen.


Con afirmaciones como las que nos ha ocupado estos días ni se ayuda al colectivo al que se pretende – o se cree- representar, ni a la ciudad ni al territorio al que se te atribuye dicha representatividad. Yo, a pesar de esta lamentable afirmación, sigo apostando por Gandia y por la Safor, por su gente, por sus empresarios y por sus sindicatos. Apuesto por buscar soluciones a los problemas, por encontrar espacios de oportunidad, por la innovación, por la igualdad y sobre todo, por la verdad con valentía.

lunes, 1 de diciembre de 2008

El Coñazo

(Artículo publicado en el País Semanal por Juan José Millàs)

Está resultando un otoño desapacible para el PP, sobre todo con sus tensiones en Navarra. La mala racha comenzó cuando Mariano Rajoy dijo que el desfile militar era “un coñazo”.

Por Juan José Millás.

“He aquí un político en el acto de tragarse un sapo. Quizá tenga el batracio atravesado a la altura de la garganta, así lo sugieren su ceño fruncido y la expresión de su boca. ¿Por dónde respiro, Dios mío?, parece preguntarse mientras fabrica cantidades industriales de saliva para lubricar el gollete. No se pierdan la cara de la esposa, que, aunque intenta aparentar indiferencia, es consciente de las dificultades respiratorias de su cónyuge, y como es lógico, sufre también por ellas. Un pequeño drama biológico de los que suceden cada día en el microcosmos de la política y a los que no siempre podemos asistir, pues lo normal es que este tipo de digestiones se hagan en privado.

La foto esta tomada el día de la Patria, quizá el día de las Fuerzas Armadas, puede que el día de la Hispanidad, Tal vez el día de la Raza, no tenemos ni idea de cómo se llama ahora, pues el 12 de octubre cambia de identidad cada poco, como un día maldito. En cualquier caso, siempre se celebra con una parada militar, pues los desfiles sirven lo mismo para un roto que para un descosido. La víspera de la celebración, Rajoy había afirmado que el desfile era un “coñazo”, y aunque pocas veces había estado este hombre tan lúcido, mejor hubiera sido que se lo tragara la tierra, sobre todo porque sólo un año antes, y con motivo de la misma festividad, invitó a todos los españoles a llenar las calles –lloviera o nevara- para homenajear a la Patria o al Ejército o a la Raza o a la Hispanidad, ahora no caemos. De ahí la cara de circunstancias del pobre mientras los soldados, al pasar, le sacan la lengua. ( la fotografía es de Uly Martín)”.

Nota: artículo de Juan José Millás, publicado el pasado domingo 23 de noviembre en EL PAÍS SEMANAL.