domingo, 20 de abril de 2008

Frente a las mentiras de Camps; Solidaridad con Barcelona.

La ciudad de Barcelona y sus ciudadanos pueden tener en los próximos meses serios problemas de abastecimiento de agua para el consumo humano. El Gobierno de Zapatero, con la nueva Ministra a la cabeza, Elena Espinosa, ha tenido que articular las medidas de urgencia para evitar males mayores en los próximos meses.

Se va a solucionar con la construcción de una tubería de 59 Km, que se unirá a la que actualmente llega hasta el norte de Tarragona y llevará el agua hasta Barcelona. El agua que llevará esta conducción proviene de los derechos comprados por el CAT (Consorcio de Aguas de Tarragona) en 1981, que les otorga el derecho de extraer 120Hm3. Actualmente sólo están utilizando 70Hm3, el resto más el ahorro que se consiga mejorando las conducciones existentes en los canales de regadíos de Tarragona, será la cantidad de agua que se llevará excepcionalmente hasta Barcelona.

Destacar que esta medida es excepcional y de urgencia, que entrará en funcionamiento en otoño y que sólo funcionará hasta la primavera del 2009, fecha en la que entrará en funcionamiento la desaladora del Prat que abastecerá Barcelona y su área metropolitana.

Frente a esta medida, otra vez el PP de Camps y Valcárcel han levantado la bandera del “frentismo”. La del enfrentamiento entre ciudadanos de diferentes comunidades y que según algunos, tan buenos resultados electorales les han proporcionado.

Lo cierto es que Camps está mintiendo de nuevo. Se le olvida decir que en Valencia ya se posibilitó hace dos años una solución similar así como para Alicante hace tan sólo un año. Con la compra de derechos del Jucar y del Tajo, que han evitado que en estos años de sequía los valencianos no hayamos sufrido ninguna restricción para el consumo.

Da igual, ellos vuelven a despertar la guerra emocional del agua. La simpleza de sus mensajes – los catalanes si y nosotros no- vuelven a enfrentar a ciudadanos y gobiernos. Vuelven a manipular a los ciudadanos como simples marionetas de trapo.

Yo personalmente, apuesto por la solidaridad con Barcelona hoy y mañana con quien la necesite, al igual que hicieron con nosotros no hace muchos meses.

martes, 1 de abril de 2008

Reconquistar el corazón de los valencianos

Todavía no nos hemos recuperado de la fractura entre valencianos, socialistas y no socialistas, que pronto cumplirá quince años. Los socialistas valencianos tenemos sentimientos cruzados. Trabajamos incansables en una sociedad que desde hace tres lustros confía en nosotros pero no con la intensidad suficiente para poder ser sus rectores políticos. Por más que nuestra voz y nuestro trabajo hilvanen los problemas y las soluciones de los valencianos, siguen siendo más los que nos indican que nuestro rol es la oposición y no el gobierno. Pero, seguimos siendo un gran partido. Somos el partido que encarna la modernidad y el progreso. Desde hace 130 años y también ahora. Hemos sido el fermento de España y de la sociedad valenciana desde el siglo XIX hasta el XXI.
Somos el partido de los avances sociales. Hemos traído las señas de identidad de las sociedades europeas, construidas tras el suicidio colectivo en la primera mitad del siglo XX y que marcan la nueva forma de configurar el concepto Humanidad.
Seguimos en esa vía y ha sido de nuevo un gobierno socialista quien ha desarrollado nuevos avances sociales cuando se pensaba que todo estaba hecho. Hemos sentado las bases y el liderazgo de un nuevo modo de socialismo para toda Europa.
Frente a las opciones políticas que se asientan sobre la confrontación, somos el partido de la convivencia, mas allá de la tolerancia que lleva implícita una satisfacción de superioridad. Los socialistas defendemos y aplicamos la convivencia pacífica y feliz entre todos: los ciudadanos, las administraciones, los pueblos, las naciones, los estados, los territorios las razas las culturas y las identidades.
Los socialistas amamos a esta sociedad. Amamos el mundo, la vida y, sobre todo, a sus gentes que construyen el camino para conseguir que todos tengamos las mismas oportunidades de prosperar, crecer e ilusionarnos con el futuro. Por eso, insistimos en ser el partido de esta sociedad; con todas las personas de buena fe, solidarias, comprometidas con el mundo en el que viven y con quienes les rodean; personas generosas, sin miedos, seguras. Tenemos ante nosotros el enorme reto de volver a dirigir la sociedad valenciana y terminar con la parte oscura de la fuerza que dificulta a los valencianos tomar el tren del siglo XXI que dirige José Luís Rodríguez Zapatero.
Estamos demostrándolo desde el Gobierno, paso a paso, aprobando leyes que han convertido España en un mejor lugar en donde vivir. Porque, a través de la ley de Igualdad, de Dependencia, del Matrimonio entre personas del mismo sexo o del Estatuto del Autónomo, de la subida de las pensiones y del salario mínimo, de las ayudas a la emancipación, las ayudas a los hijos o el aumento de las becas estamos fomentando la mejora de la sociedad. Todo ello con discreción y serenidad, desde la tranquilidad y la seguridad que da trabajar para mejorar la vida de quienes te rodean, te voten o no. De la misma forma, los socialistas valencianos estamos preparados y dispuestos a tomar las riendas de la Comunitat Valenciana.
Se ha hecho mucho y quedan muchas cosas por hacer. Las haremos si colmamos la mejores expectativas de nuestra sociedad, de sus ciudadanos. Tenemos el talento necesario para impulsar el cambio que se nos reclama, ese cambio que debe contar y cuenta con todos. Así lo demostramos con la magnífica movilización que los militantes socialistas llevamos a cabo durante la pasada campaña electoral. Los militantes socialistas son el mejor capital de nuestro partido. Las mejores ideas, los mas meritorios de los propósitos, se esfuman sin capital humano para extenderlos, desarrollarlos y materializarlos.
Debatir y compartir, este es el momento en el que todos tenemos la responsabilidad de contribuir al nacimiento de un nuevo proyecto que nos ayude a reconquistar el corazón de los valencianos. Los valencianos y valencianas se merecen algo mejor.