viernes, 2 de enero de 2009

Que lleguen a un acuerdo.


El otro día utilizaba a Amos Oz para contestar un comentario de un amigo. Amos, es un escritor israelita que reivindica es su último trabajo “contra el fanatismo” la necesidad de llegar acuerdos entre Palestinos y el Estado Hebreo. Hoy, con la escalada de violencia que se vive en Gaza, cobra una especial importancia sus palabras, su apuesta por la Paz.

Llevan más de dos días el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reunidos para consensuar un texto que permita un alto el fuego en la zona. Un texto propuesto por los países árabes que sólo responsabilizan a Israel de la escalada de muertos y violencia, sin hacer referencia a los misiles lanzados desde Gaza y que sirvieron como excusa a Israel para lanzar tan desproporcionado ataque.

Hay que acelerar el esfuerzo diplomático para que cese el incremento de muertos Palestinos. Hay que frenar, como sea, esta locura de bombardeos sobre la población Palestina. "Que lleguen a un acuerdo" sería la apuesta de Amos Oz.

Una última reflexión. Creo que la semilla que produce la escalada terrorista en los países árabes no es la religión, ni las situaciones económicas, ni políticas. La humillación es la semilla que convierte al ser humano en un ser potencialmente capaz de hacer cosas impensables e incompresibles. La humillación hasta la impotencia, hasta la mínima reducción de su condición de persona, la humillación provocada por un estadio de injusticia permanente. Esto es lo que provoca un cambio de actitud vital entre ciudadanos normales, que desean ser, simplemente, felices como nosotros y acaban rindiéndose en su intento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hablas de humillación como el núcleo que provoca que un individuo cuando lo sufra, saque lo peor de si, tienes razón y mucha, la humillación conduce a la venganza, y la venganza perdura en el tiempo hasta que el individuo aproveche la oportunidad de retornar el mal a su originario, y esa cadena “no se rompe”, ya que casi nadie sale con el balance de sentirse ajusticiado.
Vivimos en un mundo y nadie es un ángel, casi nadie puede resignarse siempre que vea que existe una probabilidad por mínima que sea para vengarse.
Los niños que matan a su padre, tiene garantizado que su madre se lo comunicará, y si esta madre ha quedado sin esperanza de vida ni de tener comida siquiera, más se convierte en un ángel caído, y educa a su niño para que de mayor, dé su vida para matar al que mató a su padre.
En 60 años que dura el conflicto de palestina- Israel, no hay solución posible y es debido a la constante humillación que sufren los palestinos en Gaza y otras ciudades de palestina, la humillación tiene muchas caras y infinitos colores.
Si te rechazan por ser árabe en un trabajo es humillación, si te cierran las puertas por tu religión es otra humillación, y si por ser de donde eres como palestino se te mira como sospechoso es otra humillación.
Nadie traga la injusticia y se queda indiferente a su destino, nadie es capaz de olvidar la humillación y cuando los prejuicios de los demás son constantes, entonces la humillación permanece viva, y esto no convierte a uno en una persona sana, sino, en un individuo que cuestiona su identidad y comete el error de transmitirlo a sus hijos, y la cadena sigue prolongándose hasta el infinito.

Nos educan a la venganza, nos educan a ser iguales en los libros, nos educan a que somos personas, pero en la realidad no se nos trata como tales, ¿entonces qué alternativas la sociedad nos deja? ¿Vivir la dicotomía cada día entre eres igual pero nadie quiere saber nada de ti por ser sospecho y por tanto no tienes oportunidad de ser igual que los demás?.

El problema de Gaza es actualidad efímera, es una pincelada más en cuadro de la crueldad humana, es viaje de actualidad al horror que siempre ha existido, siempre el fuerte humilla al débil, por que sino es así, el fuerte no tiene con que identificarse como tal.

Gaza es un recurso efímero y pasajero en las conciencia ajenas al sufrimiento diario y constante, Gaza- Israel, no es más que la escena actual que nos provoca que no somos más que unas fieras, hienas en la selva o en la llanura, entre rascacielos o entre despachos, entre vecinos o hermanos, seguimos sometidos a la esencia de la predominancia del gen más apto en cualquier escenario que se nos presente, seguimos haciendo florecer lo que somos, seres que creemos que somos diferentes, e incluso nos sentimos mejor, siendo que somos diferentes, porque estos es nuestro alimento diario de nuestra identidad.
Israel, es un estado expansivo, jamás ha respetado ninguna resolución de la ONU, ni lo hará jamás, su escenario imposible de convivencia, ya que le fuerte no quiere, y teme que el débil se haga fuerte, y esto es amenaza su seguridad y existencia.

No habrá paz, mientras Israel desconfía en el palestino, teme al niño palestino que cuando se haga mayor, retorne la humillación con otra contra ellos, y esto es así, y así seguirá siendo, mientras tanto, la ONU se reúne para fabricar aspirinas para curar a un cáncer, Por esto la ONU se convierte en un remedio efímero para tranquilizar nuestras conciencias con sus resoluciones de para la sangría, pero el cáncer seguirá su curso y cada día, infecta a otro órgano más en el cuerpo enfermo de la justicia y la venganza.

Jose Manuel Prieto Part dijo...

Hay un problema: elecciones en Israel. Tzipi Livni no ganará si no es con su perfil de dura, y el halcón de Netanyahu puede perder si la escalada sigue (era el favorito en las encuestas).
Aquí, otro problema. Oigo en Popular TV que 'la postura de la Autoridad Nacional Palestina y de algunos países árabes es menos radical que la de Zapatero'.
No; no habrá acuerdo.
Un saludo